6 Consejos prácticos de como controla los berrinches de nuestro hijo

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Uno de los comportamientos que nos suele desestabilizar a los padres son los berrinches o rabietas de nuestro hijo. Se trata de manifestaciones habituales de los niños cuando sienten frustración, miedo, ira o tristeza. La reacción consiste en gritar y llorar e incluso tirarse al suelo y patalear. Una situación límite en la que normalmente no sabemos cómo actuar.

Nuestros hijos suelen llamar la atención con esta conducta negativa para protestar por algo con lo que no están de acuerdo. Los padres en esos momentos normalmente no sabemos qué hacer, nos sentimos perdidos. Evitar totalmente los berrinches es imposible para un niño de 2 a 6 años pero podemos intentar prevenir una posible rabieta suele ser más fácil que su tratamiento. Pero a veces es complicado saber qué situaciones van a motivar una rabieta y a veces nos encontramos en una situación complicada rodeados de personas extrañas.

Es complicado saber cómo reaccionar ante la conducta de un niño que tiene un buen berrinche. Pueden chillar, patalear e incluso pegar golpes a otros o a sí mismos. Además muchas veces solemos estar fuera de casa como un centro comercial o un supermercado. No podemos perder los nervios y ponernos a gritar para que se calme. Le vamos a dar seis prácticos consejos que recomiendan los expertos para controlar la rabieta de nuestro hijo y que suelen funcionar.


1. Preparar las salidas

Nuestro hijo debe saber dónde vamos antes de salir de casa. Si vamos a ir por ejemplo de compras a un hipermercado, podemos repasar antes con él el itinerario. Así no le pillará desprevenido y se adaptará a nuestro plan sin problemas. Puede que no le apetezca pero le hemos dejado claro el plan elegido por la familia y no supondrá una sorpresa. También debemos cerciorarnos de que haya comido lo suficiente y se encuentre descansado. Si tiene hambre o está cansado nos hará parar para comer algo o estará todo el rato quejándose porque no puede caminar.
2. Mantener la calma

Cuando un niño comienza a tener una rabieta le da igual estar en una comida familiar o en un centro comercial lleno de gente. Siempre tenemos que mantener la calma. No debemos combatir fuego con fuego. Si le regañamos o le gritamos solo empeoraremos la situación. Lo mejor es restar importancia a su comportamiento y tomártelo con resignación. Intenta que pare su actitud intentando comprenderle mediante el dialogo. Si nuestro hijo ve que estamos tranquilos se irá calmando y cambiará su conducta.

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3. Dejar que se desahogue

Para que nuestro hijo se calme lo mejor es llevarle a un sitio diferente de donde comenzó la rabieta. Una técnica que suele funcionar y logra que el niño se vaya desahogando hasta que poco a poco se siente más tranquilo. Solo podremos establecer un diálogo con él cuando esté más tranquilo y pueda escuchar nuestros argumentos. Para tranquilizarle podemos ir hablándole con tranquilidad y explicarle que entendemos el motivo que ha causado su ira pero que solo será posible hablar si se calma. Nunca se le debe amenazar con que si no deja el berrinche nos marcharemos.
4. Hablar con tranquilidad

Tenemos que explicar a nuestro hijo con tranquilidad que su actitud no es la correcta. Podemos acercarnos a él, mirarle a los ojos con franqueza y en tono calmado explicarle la razón por la que no le podemos comprar lo que quiere. Por ejemplo si quiere una chocolatina y no ha comido tenemos que hacerle entender que primero tendrá que comer.

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5. No ceder a su petición

Lo más importante es que no le demos a nuestro hijo lo que pide en ese momento. Tiene que entender que su petición es inaceptable. Si se lo damos volverá a mostrar la misma actitud negativa en otra situación similar. Cuantas más explicaciones le demos, el niño irá cambiando su actitud. No importa que tenga 2 ó 5 años. Si no nos damos por vencidos y nos mantenemos firmes en nuestra posición, al final nuestro hijo se calmará. Podemos pensar en un castigo que tendrá que cumplir pero también debemos mostrarle que le seguimos queriendo aunque se haya portado mal. Eso sí el castigo debe ser firme y apropiado para su conducta y su edad.

6. Ante todo paciencia

Por último el mejor consejo es armarnos de paciencia. Si vemos que no supera la situación podemos dejarle con algún familiar, alejarnos un rato y regresar más calmados. Ante todo hay evitar entrar una espiral de gritos con nuestro hijo. Una buena idea es hablar con las personas que suelen estar al cuidado del niño habitualmente y pedirles que utilicen la misma técnica en situaciones similares. Si le está funcionando ese comportamiento negativo con otro adulto seguro que lo volverá a repetir.


Fuente: saposyprincesas.com

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